viernes, 4 de noviembre de 2005

Alguien se ha robado mi Blog

Si lo encuentras por allí.
dile que lo estoy buscando.....
Dile que aunque a veces lo puteo
y me da fiaca recrearlo.
lo estoy extrañando

Prueba esta irrefutable que si no lo leo
me han robado el blog
o será que se ha cansado de mí
estará pudoroso????
avergonzado???
con la cola entre las patas????

Dónde andaras viejo blog???
dónde

jueves, 3 de noviembre de 2005

Otro de la Colo

Ya que la loca esa se largo pa las europas....
Y cómo se la extraña...
Me puse a leer sus cosas así que las comparto....
Ahhh.... opinen!!!!!!


ME QUEDO EN LA DISTANCIA

Me quedo en la distancia,
en la boca que no beso
en la piel que, apenas,
siente el roce,
en la mirada urgiendo
mis espacios ocultos.

Me quedo en el brillo
desbordado de tus ojos,
en la luz que acaricia
tu perfil en la ventana.

Adriana Ambrosioni
De su libro “Vestigios del Amor y del Olvido”

Hoy te regalo un silencio

Pretendo atraparte,
envolverte,
distraerte.
Te llaman mis manos.
mi mirada.
mis gestos.
Todos los sentidos
exhaltados,
despiertos,
inquietos.
Por eso callo
y te regalo este silencio.
No quiero delatarme.....

Y cómo pa' amenizar la espera, releo cosas viejas que me siguen gustando...
Esta en lo del Cartero pero se merece estar acá, vió.....

IV

Cuatro.
Solamente cuatro paredes oscuras,
nada más que cuatro,
y un desierto de voces africanas.

En la selva,
oculta; la serpiente respira tranquila.

Un viaje muy especial.

Cuatro; nadie quiere más.

En las nubes.
oculta; la serpiente se enrosca.

Un viaje primordial.

1- Quién te mira es quién te teme.
2- Quién te ama es quién te toca.
3- Quién te odia es quién te habla.
4- Quién te desprecia es quién te adora.

Cuatro,
y un desierto de voces africanas.

En la tierra,
oculta; la serpiente sonríe.

Un viaje existencial

Cuatro; nadie quiere más.

En el cielo,
oculta; la serpiente juega.

Un viaje descomunal.

Cuatro,
despide todo ser marchito de tu cuerpo,
cuatro paredes oscuras, no pido más;
no necesito más.

En los sueños,
oculta; la serpiente acecha.

Un viaje celestial.

Cuatro días.
Cuatro paredes.
Cuatro personas.
Cuatro palabras,
para que más, nadie quiere más.

Un viaje espiritual.

04 – 1978 – Buenos Aires

miércoles, 2 de noviembre de 2005

Continuamos con cosas del Viejo

Porque me gustan, porque se me canta, porque nadie dice que no lo haga, porque sí!!!

La cosa



Salvo error u omisión, era así, la cosa estaba ahí, no cabía duda alguna, había que enfrentarla. Si la realidad era esa, no debía seguirle dando tantas vueltas al asunto. Se extraño de su aparente tranquilidad. Nunca se hubiera imaginado que pudiera llegar a quedarse así frió, como sin darle importancia, a algo que, indudablemente, la tenia y mucho. Sin embargo, una extraña sensación en la boca del estomago y ese sentir que los pelos de la nuca pugnaban por pararse, le hicieron confesarse, que un obscuro e inexplicable terror se apoderaba de él.
Con todo era preferible que eso pasara justo ahora, de otra forma probablemente las cosas hubieran sido mucho peores de ocurrir mas tarde. En este momento, tal vez, con un poco de suerte, le pudiera encontrar una solución o algo similar.
Tomémoslo con filosofía, se dijo, pero pronto se dio cuenta que no era con filosofía con lo que arreglaría el espantoso asunto. Acción era lo que se necesitaba. Acá descubrió horrorizado que algo fallaba. Si bien razonaba fríamente y aparentemente su cabeza funcionaba bien, el resto de su cuerpo, no respondía como era debido a las ordenes que partían de su cerebro.
Las piernas, que le pesaban enormemente, paralizadas, se negaban a dar un paso. Sus brazos eran unos extraños objetos, que le colgaban, inertes a los costados del cuerpo, un cuerpo que le quedaba mal, parecía prestado.
Para peor, la cosa, seguía allí y crecía cada vez mas. Parecía adueñarse de todo el espacio a su alrededor. Espantado y sintiendo una tremenda sensación de ahogo, puso todo su empeño en lograr moverse. Usando toda la fuerza que el terror le daba, consiguió apenas unos débiles remedos de movimientos desmañados y torpes. En el fondo se causo gracia, si la cosa no fuera tan horrible y la situación tan desesperante, hasta intentaría darse vuelta para mirarse en el espejo. Seguramente su aspecto seria el de un pelele, marioneta colgante de invisibles hilos, que haría reír a grandes y chicos.
Tal vez como forma de exorcizar al tremendo miedo que lo invadía, quiso lanzar una gran carcajada, comprobando, ya, con verdadera pavura, que era absolutamente incapaz de emitir sonido alguno.
Sintió que la cara se le contraía en horripilante mueca y que el corazón, que le latía cada vez con mas fuerza, se rompía desprolijamente, en varias partes. Alcanzo a pensar¡ Asunto terminado!

2005. sobre notas de 1975

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